Conocer lo que pasa por su mente es prácticamente imposible a menos que él quiera desvelarlo, y aún teniendo esa suerte, nada asegura que quien escucha sea capaz de comprenderle, pues su forma de expresarse no resulta nada convencional.

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Cuando era pequeño, sufría terribles e intensos ataques de ira y le diagnosticaron severos trastornos nerviosos que sólo podían tratarse con potentes fármacos; tal era la gravedad de sus afecciones que en más de una ocasión ha llegado a herir a algún compañero de clase, razón por la cual nadie quiso acercarse a él durante sus primeros años en el colegio.

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Al venir de una familia adinerada, el coste de los medicamentos no suponía un problema, sin embargo éstos eran tan eficaces que anulaban casi por completo su percepción de la realidad, sumiéndole en su propio mundo.

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El destino quiso que Eona tuviera la valentía de entablar amistad con él y desde entonces siempre se les ha visto juntos cada vez que sale de casa, con ella fue capaz de mantener a raya los trastornos nerviosos que tanto le atormentaban y, hoy día, han quedado reducidos a leves episodios de estupor y ansiedad. Como secuela de ello, siempre se rasca la nuca cuando algo le pone nervioso.

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Desde temprana edad ha demostrado grandes dotes para las matemáticas y la mecánica, facetas que se han visto potenciadas gracias a que su padre se dedica a la ingeniería mecánica, robótica y electrónica. Su brillante intelecto le ha permitido obtener altas calificaciones en la escuela y en su propio hogar ya ha sido capaz de construir algunos circuitos y dispositivos algo complejos, como un chip rastreador.

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A pesar del cariño que sus padres le brindan, Jin es una persona de apariencia fría y distante a quien le cuesta desarrollar, o incluso demostrar, afecto genuino hacia otra persona y su modo de actuar raya en la extravagancia. La manera en que percibe el mundo y su retorcida forma de utilizar la lógica ha hecho arquear una ceja a más de uno, incluyendo sus propios amigos.

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Debido a ello, jamás ha sido capaz de confesarle a nadie el misterio que lleva persiguiéndole desde el día en que encontró adherido a su cuerpo un extraño dispositivo de dudosa procedencia...

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En cuanto a sus amigos, siente un profundo deseo hacia Eona y es consciente de que Tim está enamorado de ella. Pero, ante la duda de poder perderla para siempre, ya que piensa que, si ella se enamora de otro, se acabará alejando de él, y viendo que su mejor amigo es incapaz de mover ficha, decide probar suerte con la única persona que se atrevió a acercarse durante la fase más crítica de su vida.