Un chico afable, cariñoso y al que no le gustan los enfrentamientos innecesarios; disfruta mucho de la naturaleza y es capaz de desconectar totalmente del mundo cada vez que da un paseo por el bosque colindante a su hogar.

​

Gracias al constante apoyo moral que recibe de su tutor y a que se ha rodeado de buenos amigos, Shad es capaz de hacer caso omiso de las burlas que recibe de sus compañeros de clase debido a su aspecto afeminado y sus rasgos curvos y delicados; razón por la cual comprende y defiende en clase a Jacky siempre que puede, o siempre que ella lo permite.

​

Pero, a pesar de lo cómodo que se siente entre otros medio lumen como él y de lo mucho que les aprecia, se ve incapaz de desvelar varios de sus más oscuros secretos aunque su propia vida dependiera de ello debido a que carece de un carácter fuerte y decidido para encarar la situación que en su cabeza imagina que se produciría de abrir la boca. Ninguno de sus amigos sabe nada acerca de sus poderes curativos, el verdadero tono rojizo de sus ojos o, su secreto más vergonzoso: carece de genitales masculinos.

​

Éste último detalle le hace sentir especialmente mal al no poder relajarse en compañía de sus amigos cuando se están bañando o si hace excesivo calor; también constituye la razón principal de que tenga que tomar suplementos diarios suministrados por su tutor en forma de inyecciones para reponer la falta de hormonas masculinas naturales del cuerpo ya que la carencia de las mismas podría producirle serios problemas de salud.

​

A pesar de ello, Shad se muestra generalmente alegre ante la vida y disfruta cada segundo que pasa en compañía de sus amigos, se siente afortunado de poder tener cerca a una persona como su tutor ya que le adora desde que tiene uso de razón y está feliz de contar con un numeroso grupo de amigos tan fieles y de tan buen corazón en general.