Lo primero que viene a la mente tras ver su aspecto es la imagen de un bárbaro colosal de poco cerebro capaz de destruir cualquier cosa que tenga la desgracia de cruzarse en su camino, pero tras esa fachada de Goliat indestructible, existe un alma sincera y extremadamente fiel capaz de sacrificar su propia vida con tal de poner a salvo a aquellos por quienes lucha.

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Su terrorífico aspecto externo le sirve para amedrentar a sus rivales en batalla, pero Thalos no es sólo fuerza bruta; la forma en que defiende sus ideales constituye el peor tipo de soldado al que nadie querría enfrentarse, pues su persistencia y tenacidad se colocan a la misma altura de su moralidad, lo que le convierte en un ser honrado y de gran valor humano.

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En varias ocasiones ha demostrado poseer códigos debido a que ha ofrecido al enemigo la oportunidad de escapar con vida, lo que demuestra que no está dentro de su forma de ser matar sin motivo. Sin embargo su excesiva lealtad hacia Faux le ha impedido tanto cuestionar como llegar siquiera a desobedecer una sola de sus órdenes ya que, en su cabeza, hacerlo podría poner en peligro a su superior frente a los enemigos que debe combatir.

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Según parece, conoce a Faux desde hace mucho tiempo y ha desarrollado hacia él un profundo cariño y sentimientos de protección, como si fuera su guardaespaldas personal; de hecho es muy probable que así sea. 

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También demuestra sentir debilidad hacia los niños, detalle que apreciamos en su trato con Dreid, a quien pide mientras está muriendo que sea feliz aunque él no esté; lo que nos lleva a pensar que, efectivamente, Faux es tan joven como aparenta ya que su forma de hablar de él es similar a la empleada con el pequeño tamaik.

Thalos esconde una ternura que rivaliza con su físico y la forma tan devastadora con la que combate, haciendo más evidente que no se debe juzgar a nadie por las apariencias. Si el encuentro con el grupo protagonista se hubiera dado en otras circunstancias, probablemente también les habría acogido como pequeños a quienes proteger; es como un padre que sólo desea la felicidad y protección de sus hijos.